domingo, 10 de enero de 2016

Química o Alquimia

Una vez le preguntaron a un Maestro cuál era la diferencia entre la química y la alquimia en las relaciones de pareja y contestó estas hermosas y sabias palabras que han tenido lugar en todo los tiempos.

– Las personas que buscan química son científicos del amor, es decir, están acostumbrados a la acción y a la reacción. Las personas que encuentran la alquimia son artistas del amor, crean constantemente nuevas formas de amar.

– Los químicos aman por necesidad. Los alquimistas por elección.

– La química muere con el tiempo, la alquimia nace a través del tiempo

– La química ama el envase. La alquimia disfruta del contenido.

– La química sucede. La alquimia se construye.

– Todos buscan química, solo algunos encuentran la alquimia.

– La química atrae y distrae a machistas y a feministas. La alquimia integra el principio masculino y femenino, por eso se transforma en una relación de individuos libres y con alas propias, y no en una atracción que está sujeta a los caprichos del ego.

En conclusión, dijo el Maestro mirando a sus alumnos:– La alquimia reúne lo que la química separa.  La alquimia es el matrimonio real, la química el divorcio que vemos todos los días en la mayoría de las parejas.”

Un poco de Historia mis Divas y Divos

En el griego es donde se encuentra el origen etimológico del término alquimia.  En concreto podemos determinar que aquel se halla en el vocablo chemia, que puede definirse como “mezcla de líquidos”. De la citada palabra fue de la que se partió para luego crear alquimia como tal que fue establecida por los árabes que fueron los que crearon el término alkímya.

En el griego es donde se encuentra el origen etimológico del término alquimia. En concreto podemos determinar que aquel se halla en el vocablo chemia, que puede definirse como “mezcla de líquidos”. De la citada palabra fue de la que se partió para luego crear alquimia como tal que fue establecida por los árabes que fueron los que crearon el término alkímya.

La alquimia es una creencia esotérica que está vinculada a la transmutación de la materia. Las prácticas y experiencias de la alquimia fueron clave en el desarrollo original de la química, mientras los alquimistas buscaban la piedra filosofal para transformar cualquier metal en oro.

La alquimia es considerada como una proto-ciencia o una disciplina filosófica que incluye nociones de la química, la física, la astrología, la metalurgia, el espiritualismo y el arte.  Las escuelas de alquimia fueron muy populares durante unos 2.500 años, en regiones como la Mesopotamia, el Antiguo Egipto, China, India, la Antigua Grecia y el Imperio Romano

El misterio y la magia que rodean a la alquimia y a la búsqueda de esa citada piedra han dado lugar a que en el arte se desarrollen un amplio número de obras que giren en torno a ellas. Así, por ejemplo, nos encontramos con la obra literaria de Paulo Coelho que lleva por título “El Alquimista”.  Se trata de un trabajo donde se nos acerca a la vida de un joven pastor español, llamado Santiago, que abandona su tierra para vivir mil y una aventuras en pro de alcanzar su quimera.

De esta forma, con esta narración el afamado escritor brasileño lo que hace es plantearnos la idea de que hay que luchar por conseguir los sueños, que el destino actúa para que podamos hacerlos realidad y que, en ocasiones, no nos damos cuenta de todo lo que tenemos hasta que lo perdemos.

Asimismo, hay otros trabajos, literarios y cinematográficos, que también versan sobre el tema que ahora nos ocupa. Este sería el caso del primer film de la saga literaria sobre un joven mago creado por J.K.Rowling: “Harry Potter y la Piedra Filosofal”.  Una producción donde se nos cuenta como el rival del protagonista, Voldemort, se encuentra buscando la mítica piedra filosofal para conseguir aumentar su poder ya que aquella cuenta con unas propiedades extraordinarias.

Pese a sus diversas formas y corrientes, la alquimia está muy asociada en la actualidad a la búsqueda de un proceso que permita transformar cualquier elemento en oro y a la capacidad para conseguir la vida eterna.

Los alquimistas creían que la piedra filosofal roja era capaz de transmutar metales innobles en oro, mientras que la piedra filosofal blanca podía transformar los metales innobles en plata.

La piedra filosofal también aparece vinculada al elixir de la vida, una sustancia que permitiría curar todas las enfermedades y posibilitar la vida eterna. Pese a la inexistencia de esta opción, muchos alquimistas, como Paracelso, lograron importantes descubrimientos en la farmacéutica.

Cabe destacar que, en teoría, no es imposible convertir plomo en oro. Para lograr esto, sería necesario extraer tres de los 82 protones de un átomo de plomo y obtener un átomo de oro (de 79 protones). Sin embargo, en la práctica, las proyecciones de energía hacen que esta transmutación sea imposible.

Más interesante es:

Orígenes y Alquimia

1. Los Filósofos griegos  Los primeros en preguntarse acerca de la naturaleza de la materia fueron los griegos. Si una piedra puede transformarse en un metal, ¿cuál es su naturaleza, la primera o la segunda? Todo apuntaba a que las substancias han de estar compuestas por alguna materia básica o elemento. Para Tales de Mileto, ese elemento debería ser el agua, abundante e imprescindible para la vida. Otros, como Anaxímenes, razonaron que el aire era el elemento constituyente ya que, según la compresión que se le aplicase, podía dar lugar a líquidos y sólidos. Para Heráclito, el fuego, origen de los cambios sería la sustancia buscada. Finalmente, como recoge Aristóteles [FA 133.052], se pensó en cuatro: tierra, agua, aire (que representarían lo que ahora conocemos como los tres estados de agregación de la materia), a los que se añadió el fuego, principal impulsor de los cambios (la “energía”). Demócrito intuyó que la materia no podría dividirse indefinidamente, y por tanto deberían existir los á-tomos (es decir, “indivisibles”). No obstante, el atomismo fue una teoría muy impopular y prácticamente, con la excepción de Lucrecio, se abandonó durante dos mil años.

2. Egipto y el mundo árabe  Aunque las artes químicas también se desarrollaron de modo paralelo en India y China, en la zona del Mediterráneo, varios siglos antes de Cristo, el pueblo egipcio era experto en química aplicada. El arte de la khemeia, estrechamente ligado a la religión a través de los rituales de embalsamamiento, provocaba recelos que,lejos de disiparse, fueron aprovechados por los practicantes de dicho arte para aumentar su poder. Los siete cuerpos celestes se asociaron a los siete metales conocidos y comenzaron a utilizarse misteriosos símbolos para representarlos y ocultar así el verdadero conocimiento, que quedaba reservado a los magos.  A través de los árabes, la al-kimiya llegó a Europa. El más célebre alquimista musulmán Jabir ibn-Hayyan, conocido como Geber (ca. 760-815) preparó el albayalde y destiló el vinagre obteniendo ácido acético, el más corrosivo de la Antigüedad. Creía que todos los metales estaban formados por mezclas de azufre y mercurio. Se creía que lo único que faltaba para conseguir transmutar unos metales en otros era una substancia desconocida, un al-iksir, que en Europa se llamó piedra filosofal. Por si fuera poco, esta substancia habría de servir para curar todas las enfermedades y conferir la inmortalidad (el elixir de la vida).

3. Europa  El primer alquimista europeo importante fue el escolástico alemán S. Alberto de Bollstadt (ca.1200-1280), conocido como Alberto de Colonia o Alberto Magno [FA 136.578]. Además de teólogo, entre sus vastos conocimientos de Filosofía Natural que recogían el saber aristotélico, experimentó con materiales fotosensibles (nitrato de plata) y se le considera descubridor del arsénico. Su discípulo Sto.Tomás de Aquino (1224-1274), doctor de la Iglesia como él, apoyó la teoría hilémórfica (materia y forma) de Aristóteles [FA133.140].
En España, el Beato mallorquín Ramón Llull (1232-1315) escribe sobre los metales y la alquimia en sus tratados [FA 151.581
]. Llegó a atribuírsele incluso la fabricación de oro para Eduardo II de Inglaterra. Se cree que pudo ser también español el falso Geber (s. XIV), el más importante de los alquimistas medievales, que tomó el nombre del antiguo alquimista árabe y fue el primero en describir los ácidos minerales más importantes: el sulfúrico y el nítrico.
Además del interés por la transmutación de los metales, los conocimientos de los alquimistas encontraron su aplicación para fabricar remedios contra las enfermedades, como se recoge en el “Compendium medicinae uniuersae” [FA 161.346
]. Aunque el éxito de muchos de los remedios poseía una cierta base científica, no ocurría así en todos los casos. Por ejemplo, la creencia en el poder curativo de ciertas piedras, como el jaspe verde, no es nueva [FA 151.191 (2)].

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